jueves, 20 de septiembre de 2018

ACERCA DE ESTE TRABAJO

Ante la solicitud de diseñar un Portafolio de Evaluación del Seminario, se me ocurrió organizar el trabajo en un Blog dedicando cada entrada a una Unidad. Pero más allá de cómo organizar la información, considero que era de relevancia pensar cómo dinamizar los aprendizajes, reflexiones y lecturas de este Seminario y pensé que sería un desafío para mí identificarlos en un caso concreto.

Hace un tiempo había leído un artículo de la Universidad de la Habana en donde se muestra la experiencia de una cátedra en el entorno virtual, utilizando la plataforma MOODLE, analizando el impacto en los aprendizajes y  nivel institucional; justamente es el que tomé para iluminar los temas abordados en cada unidad, es por eso que haré referencias al mismo en cada entrada:


J. Fuentes Betancourt y A. Pérez Perdomo
Facultad de Física, Universidad de la Habana, San Lázaro y L, Habana 10400, Cuba. 

La experiencia que seleccioné no la indico como modélica en toda su integridad, sino como insumo para el análisis de los aspectos abordados en el seminario.

INDICE DEL TRABAJO (haciendo click en cada ítem se accede a cada entrada):


miércoles, 29 de agosto de 2018

UNIDAD 3: La Evaluación de la Enseñanza

En esta Unidad 3 abordamos la Evaluación de la Enseñanza en el marco del desarrollo curricular y desde los nuevos paradigmas los cuales no iluminan solo la evaluación de los estudiantes sino que apelan al espíritu democrático de la evaluación, haciendo de ésto un acto participativo que involucra a toda la comunidad educativa.

Y referenciar a toda la comunidad educativa es además incluir el derrotero de la misma, su historial, su contexto, el momento histórico, la cultura institucional, el proyecto político del momento y la propuesta pedagógica de la época... como podemos advertir, la evaluación de la enseñanza se haya atravesada por múltiples dimensiones que la moldean, la determinan e inciden en su concepción, las cuales no podemos soslayar cuando hacemos un juicio de valor, es decir: cuando evaluamos. 

Me pareció muy interesante el planteo de Santos Guerra (1994) cuando habla de la evaluación de la enseñanza como diálogo, "pero el diálogo tiene una doble finalidad: por una parte, trata de generar comprensión del programa y, por otra, de mejorar la calidad del mismo." (Santos Guerra, 1994:5). Ese diálogo debe garantizar un clima de libertad, de seguridad para que realmente sea fecundo y productivo de cara a la construcción colectiva de conocimiento de la realidad educativa.


Desde la perspectiva de este autor, la evaluación  presenta las siguientes características:


De ese diálogo se espera una mejora del programa actual y del que vendrá, porque este diálogo reflexivo será la base de la innovación en tanto mejora, que se va gestando en el cruce de motivaciones, expectativas, intereses y valores. Es oportuno destacar que no todo cambio trae de suyo una mejora. "Lo que sucede con la evaluación es que permite descubrir, a través de la comprensión, en qué consiste la auténtica mejora de los programas." (Santos Guerra, 1994:10).

Como suele suceder con la mayoría de los conceptos en educación, éstos suelen ser polisémicos y allí está la primera dificultad: el acuerdo acerca de qué estamos hablando, aunque casi siempre evoca al comparativo, "algo" -un programa o una institución en nuestro caso- es mejor que otra cosa, de acuerdo al paradigma de su tiempo. 

Si además estamos hablando de Educación Superior en el Entorno Virtual -de eso se trata el caso que tomo para el análisis-, a la variable pedagógica le estamos sumando la tecnológica; ambas son dimensiones evaluables y concebida la evaluación como una práctica social, tal como he mencionado al comienzo de esta entrada, sus implicaciones y consecuencias son para todos los actores involucrados. Es por ello que la evaluación y acreditación de la instituciones, refieren a la evaluación y acreditación de determinados proyectos de impacto en la sociedad. De manera que lejos de burocratizar este proceso y en sintonía con lo antedicho, es menester plantear una evaluación que permita comprender lo que está sucediendo y abrir el debate participativo acerca de cómo mejorarlo, de cara a instituciones que brinden la posibilidad de acceso a mayor número de personas, lo que conocemos como democratizar la educación superior. Con este horizonte es que la mayoría de las Universidades diseñan espacios formativos a distancia o virtuales, para achicar la brecha geográfica y/o favorecer la inclusión de todos.


Pero... ¿Cómo indentificar variables que den cuenta de la calidad en este escenario? Barberá (2008) señala en primer lugar dos dimensiones al respecto: una macro, en donde la mirada se instala en el uso de la tecnología a nivel institucional indagando acerca del impacto de la tecnología en el proceso de enseñanza y la identificación de las tecnologías más adecuadas para la educación virtual. La otra dimensión, es en el plano micro. Allí se indaga sobre lo que sucede en el aula, en la interacción entre estudiantes y profesores, estudiantes entre sí y tal vez requiera de una mayor implicación por parte del docente. Aquí no se trata de visualizar cada variable individualmente, sino en la dinámica de la interrelación en el contexto de la enseñanza aprendizaje en línea. Pero la autora suma una instancia más, una instancia intermedia que es poco accesible y que no se refleja fácilmente en pantalla y son las acciones simbólicas que desarrollan tanto docentes como estudiantes al recuperar el producto de las interacciones y que generalmente son en solitario, por ejemplo: el docente que planifica sobre la base de la interacción en un foro o el estudiante que modifica su espíritu participativo a partir del trabajo en un sitio wiki. Este nivel Barberá lo llama meso y que según la autora resulta iluminado por los aportes de la herramientas 2.0 que favorecen la construcción interna personal, como si se tratara la materialización de su PLE -valga la metáfora-. En este nivel confluyen la interactividad tecnológica (la organización y estructura del intercambio que facilita la tecnología) y la interactividad pedagógica (aspectos relacionados con el diseño instruccional y las decisiones pedagógicas).

En el caso de la Universidad de la Habana, considero que los docentes de la experiencia han asumido el rol del Profesor 2.0 que señala Barberá (2008), puesto que no solo han hecho una selección pensada de herramientas para el aula y han favorecido la interactividad de todos los participantes, sino que además han administrado los medios para tener una visión de conjunto de cara a la mejora y no de simple cambio, iluminando la interactividad tecnológica y pedagógica. Por otro lado y tal como podemos visualizar en la introducción del documento, se trata de una decisión institucional, con lo cual entiendo que involucra a mayor cantidad de voces y para ello es necesario seleccionar metodologías y diseñar instrumentos. En este caso, como en el caso de UVQ (1) se recurrieron a encuestas a los estudiantes cuyos resultados se sumaron al análisis de los resultados de las evaluaciones y participación general de los alumnos en el curso.

Queda claro que autoevaluarse a nivel institucional requiere de la elección de un marco teórico solidario con la cultura institucional, el diseño de los instrumentos adecuados que aprovechen el uso de las tecnologías propias del entorno virtual, voluntad de aprendizaje y fundamentalmente de una decisión institucional en términos de micropolítica, de cara a la innovación y la calidad.

(1) En López, S. y Campi, W. (2013). El Desafío de la Autoevaluación: La Experiencia de la Secretaría de Educación Virtual, UNQ”



BIBLIOGRAFÍA:

Barberà, E. (2008). Calidad de la enseñanza 2.0. Revista de Educación a Distancia, Número Monográfico VII, diciembre. Murcia.

Campagno. L. (2009) “La complejidad de los procesos evaluativos en los programas de educación superior a distancia”. En: Pérez, Sara y Adriana Imperatore (compiladoras), Comunicación y educación en entornos virtuales de aprendizaje: perspectivas teórico-metodológicas, Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, pp.143-157.

Santos Guerra, M. A. (1994) “La evaluación: un proceso de diálogo, comprensión y mejora”, en Aportes para el Trabajo Docente.

UNIDAD 2: Instrumentos de Evaluación

En este Unidad 2 avanzamos sobre los conceptos de Evaluación más específicamente, a los referidos a los instrumentos. Para llegar a ellos, en primer lugar echamos luz en algunas conceptualizaciones asociadas pero con identidad propia: exámenes, calificación, acreditación y certificación, los cuales dan cuenta de la polisemia que trae de suyo la temática.

En la entrada anterior enfatizaba la necesidad de considerar la instancia evaluativa como un proceso más dentro de la enseñanza aprendizaje. Sin embargo, no es menos cierto que ésta representa un momento, una fotografía del proceso -y como he mencionado al iluminar el caso del ejemplo- un momento de análisis, de reflexión para eventualmente hacer las rectificaciones del caso. Como se ha dicho, la evaluación siempre devuelve un resultado, qué hacer con ese insumo, quién accede a esa información y cómo se obtiene es una cuestión didáctica, metodológica, técnica. Pero el tema tiene otra dimensión que es política-administrativa: es necesario que los aprendizajes, la adquisición de herramientas, la obtención de un título, etc., sea acreditado. Y para acreditar esos aprendizajes echamos mano al examen.

Diaz Barriga (2005) señala que bajo la denominación de examen (concepción clásica) concibe lo que hoy conocemos como evaluación en tanto instrumento. En el texto propuesto para la lectura, el autor hace un recorrido por todos los significados que el término ha adquirido y sus implicancias. Como se ha dicho, la función de la evaluación es proporcionar elementos para la comprensión de lo que sucede en el aula para eventualmente, actuar en consecuencia. También permite saber más de los alumnos en tanto formas de aprendizaje y puntos de partida. En palabras del propio autor: "se puede considerar la evaluación como un acto de interrogación, como un acto de problematización que posibilita el entendimiento de lo que está pasando" (Díaz Bárriga, 2005:137). Esta sería una dimensión más áulica, más de situación de enseñanza aprendizaje pero también hablamos de otro concepto asociado, vinculado a lo institucional: la acreditación lo que trae "la nota".

Fuente: Libertaria.org

Generalmente la acreditación viene asociada al último tramo de la acción formativa y para contrarrestar este peso, hablamos de evaluación formativa como un conjunto de acciones que posibilitan la acreditación a lo largo de un curso o de un ciclo.

Por otro lado, el autor mencionado expone la cuestión de la objetividad de la nota y propone instancias de análisis colectivo donde no sea solo la voz del docente la que "acredite" esa nota. En el caso que propongo para evidenciar estos conceptos (el de la Universidad de la Habana), apreciamos este cruce de voces, el devenir de la evaluación formativa en instancias colaborativas que le permite a los estudiantes y al propio docente ver qué sucede en el durante y esos "cortes" de evaluación. Estas decisiones no pueden escindirse de la concepción general de lo que es enseñar y aprender. Al respecto, señala Alicia Camilloni (1998): "No es posible hablar de la evaluación de los aprendizajes al margen de los procesos de enseñanza y aprendizaje que los han generado." (Camilloni, 1998:3). En el caso de la Universidad de la Habana, podemos encontrar el marco teórico que orienta a la propuesta en general y a las instancias evaluativas en particular, anclando en las concepciones de Vigotsky sobre el desarrollo cognitivo e iluminados por este marco es que se han seleccionado los recursos y estrategias más oportunos y es por ello que encontramos coherencia en la propuesta. Por otro lado, esta experiencia muestra que tal como afirma la mencionada autora, se ha utilizado una combinación de instrumentos que guardan pertinencia.  Allí podemos ver que se trata de una evaluación auténtica, puesto que no solamente se evaluó conocimiento teórico sino también metacognitivo, de discriminación y reelaboración de información. En las instancias de intercambio y consenso de opiniones, en el hábito de escuchar los criterios ajenos y defender los propios podemos ver la evaluación por pares y que es generada colaborativamente, de cara a lo que señala Anijovich: aprender a autorregular su propio trabajo.  Por otra parte, si nos detenemos en las encuestas realizadas a los estudiantes, podremos observar que cumple con las características de ser personalizada, puesto que la consideran útil para su formación personal; respaldada por herramientas,  consideran útil los trabajos con wiki y webquest; negociada, debido a que reconocen el consenso y la importancia del mismo. También encontramos que es atractiva, puesto que la consideran útil ya que puede acercarlos a nuevas tecnologías que influyen de manera positiva en la formación profesional. En el apartado donde se indican las Conclusiones, podemos encontrar que reconoce las competencias existentes, que es profunda y orientada al problema, cuando señala que se amplió la experiencia con la inclusión de actividades como el wiki y el foro, y la consolidación del webquest. A su vez, que precisa que los estudiantes desarrollaron habilidades suficientes como para trabajar con esos recursos de manera independiente. También advertimos que las intervenciones del docente ayudaron a repensar las intervenciones de todos los participantes entre sí y las individuales, convirtiéndose de esta forma en una herramienta de evaluación permanente, que ayuda en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por otro lado, los estudiantes que reciben retroalimentación por parte de sus docentes de manera sistemática, desarrollan capacidades metacognitivas, se autoregulan y fortalecen la autonomía (Anijovich, 2010:145)


Retomando el concepto de retroalimentación, resulta oportuno destacar que no se trata de realizar una mera devolución a los estudiantes; todo lo contrario, se trata de hacer -en palabras de Anijovich- una contribución al aprendizaje de los alumnos. En este punto vale preguntarse: ¿qué características debiera tener la retroalimentación? deberá ser una guía, una orientación y no una punición en donde el eventual error sea una oportunidad de aprendizaje, que ayude a los estudiantes a elaborar criterios, a identificar sus fortalezas y a disminuir sus déficit. Para esta circunstancia, las rubricas, grillas de observación o de devolución son instrumentos solidarios con esta propuesta. 

Velasquez Huerta (2007), señala que la rúbrica, en tanto matriz de valoración, facilita la calificación del desempeño de los estudiantes, en aspectos que se pueden tornar imprecisos porque apelan a la subjetividad y que mediante la formulación de criterios graduados, facilitan la valoración del aprendizaje de conocimientos o competencias logrados por el estudiante. En este contexto, la utilidad de la rúbrica reside en comunicar con la claridad los aspectos que se esperan cumplir con sus distintos niveles de logro, a la vez que favorece la autoevaluación y heteroevaluación de sus propias producciones y de la producciones de sus pares, a partir de criterios que hasta pueden ser consensuados con el docente, quien a su vez cuenta con instrumento que posee una escala que le permite evaluar con mayor grado de objetividad (tema "inquietante" a la hora de evaluar).


Para el diseño de una rúbrica debemos considerar los siguientes componentes:

Fuente: Educar Chile

En el caso de la Universidad de la Habana, hubiera resultado oportuno implementar este instrumento, creo que hubiera sido un recurso que hubiera revestido utilidad en las instancias colaborativas, tanto para la autoregulación de cada grupo de trabajo como para la evaluación por parte de los profesores.

BIBLIOGRAFÍA:

Anjinovich R (2010): La retroalimentación en la evaluación. En. Anijovich, R (Comp.): La evaluación significativa. Editorial Paidós, Buenos Aires

Camilloni, A. R. W. (1998) “La calidad de los programas de evaluación y de los
instrumentos que los integran”. En: CAMILLONI, A. R. W. y OT.: La evaluación de
los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo. Paidós, Buenos Aires.

Díaz Barriga, A. (2005): El docente y los programas escolares Lo institucional y lo didáctico. Capítulo 6: "El examen" Ediciones Pomares, Barcelona. pp. 124 – 146.

Litwin, E. (2012): “El oficio del docente y la Evaluación”, en El Oficio de Enseñar, Condiciones y Contextos. Paidós, Buenos Aires.

Morales Vallejo P. (2010) Ser profesor: una mirada al alumno. 2º Edición.
Universidad Rafael Landívar, Guatemala. Capítulo II: “La evaluación
formativa” pp. 33 – 90. Consultado en:
http://www.upcomillas.es/personal/peter/otrosdocumentos/Evaluacionfor mativa.pdf

UNIDAD 1: La evaluación educativa

En esta Unidad 1 hemos abordado las distintas implicancias que tiene el concepto evaluación, un concepto atravesado por múltiples dimensiones y enfoques que dependiendo desde el lugar desde el que se defina adquirirá una connotación particular.

Es por ello que en primer lugar debemos puntualizar las nociones generales en torno a la evaluación. Distintas clasificaciones y enfoques muestran caracterizaciones según desde dónde y que aspecto se ilumine. En el siguiente gráfico se muestra una posible  clasificación:

Click en la imagen para ampliarla

Resulta oportuno mencionar que el entorno tecnológico propio de un aula virtual, presente "per se" en tanto que actúa como un puente comunicacional entre los participantes y entre los participantes y el conocimiento, aún guarda luces y sombras ellas vivenciadas como potencialidades y dificultades de la tecnología como recurso en la práctica educativa y evaluativa en particular  y que moldean dichas prácticas. Recupero algunas cuestiones relevadas en la bibliografía de la Unidad 1 y dialogadas en los Foros:

  • Prejuicios o mitos entorno de la educación virtual como "no real" y que a pesar de no tener sustento y/o asidero regulan y tiñen las prácticas.
  • Resignificar la evaluación y autoevaluación con implicación del estudiante como actor y al instrumento como recurso motivacional.
  • Solidario con lo anterior, sostener el carácter democrático de la evaluación como un espacio de negociación.
  • Subsidiario de ello, diseño de instancias de evaluación diagnóstica de los estudiantes.
  • La evaluación en sí misma sigue siendo un desafío que se agiganta en el entorno virtual, por lo que ya se expuso en el primer punto.
Al respecto de los desafíos, considero que uno de los más provocadores resida en la posibilidad de generar estrategias que flexibilicen los prácticas más anquilosadas ancladas en el modelo tecnicista y el paradigma de la evaluación cuantitativa y aprovechar la potencialidad de las TIC y los recursos que aportan las plataformas para generar nuevas prácticas.  Cuando hablamos de los recursos, voy más allá de las herramientas de gestión que ofrecen las plataformas y pensar en el uso del entorno virtual desde el punto de vista pedagógico. Elena Barberá (2006) -abordada en esta unidad- hace un aporte interesante al respecto, con el concepto de feedback virtual y la diferencia entre participar e interactuar, es por ello que señala la importancia de atender a la naturaleza de los intercambios y hacer objeto de análisis qué se hace con ello.

Otro desafío consiste en redimensionar el aspecto comunicacional llevando agua hacia el molino de la evaluación. Sin comunicación no hay "presencia" en el aula virtual, el diálogo y la retroalimentación son constantes, caso contrario, "no hay vida". En la entrada correspondiente a la Unidad 2 profundizo el concepto de retroalimentación y la naturaleza de este diálogo.

Podemos observar que en el caso que propongo, la Universidad de la Habana realizó fundamentalmente una evaluación de procesos con la utilización de tres tipos diferentes herramientas (Foro-Wiki-WebQuest). La evaluación tal y como ha sido concebida en esta experiencia, permite la interacción profesor-estudiante, estudiante-estudiante, grupo-profesor, estudiante-contenido, lo que garantiza una mayor socialización de los resultados alcanzados y de la marcha del proceso; le permite al docente aclarar dudas, orientar y evaluar las actividades. En este escenario los roles y lugar de las herramientas son dinámicos y participativos.  La voz del docente se mezcla con la de los estudiantes; el momento y la oportunidad de intervención resulta crucial por lo que mencioné unos párrafos antes respecto al valor de la comunicación en el entorno virtual  y tal como afirma el Profesor García Aretio “la inmediata respuesta del profesor se convierte en elemento formativo de primera magnitud”. Se trata de generar una participación activa, conjunta, compartida, en sentido de feedback virtual del que nos habla Barberá y que recupera la mirada democrática que debe tener la evaluación.

El uso de la WebQuest y el espacio Wiki como recursos colaborativos -de hecho lo son desde su concepción y naturaleza- y el diálogo evidencian el uso del Foro como instrumento de evaluación (Profundizaré el tema en la entrada dedicada a la Unidad 2). Sin dudas lo es y lo podemos ubicar dentro de una evaluación centrada en procesos y de tipo cualitativa. Implica compartir ideas, analizar opiniones y reflexionar; componentes muy ricos a la hora de evaluar el aprendizaje de uno y de los otros.  De esta manera se rompe con el paradigma de la evaluación cuantitativa utilizada al finalizar el proceso educativo y, así disminuir los fracasos en el estudio pudiendo preveer situaciones y emprender si fuera necesario, acciones reparadoras.

En este caso se advierte que la evaluación está integrada al proceso de enseñanza y aprendizaje. Aquí los instrumentos no son meros instrumentos de recogida de datos para ser evaluados, son recursos que dinamizan el proceso de manera integral.

Considero que en este caso se ilustra lo que Barbera señala en el texto, acerca de la necesidad de planificar el uso de recursos y de estrategias en el marco de un constante acompañamiento del estudiante que se evidencia en el relato, así como una concepción dinámica e integrada de la evaluación al proceso educativo,  pensando la evaluación en el aprendizaje, como lo señala la misma autora.

BIBLIOGRAFIA

Álvarez Méndez, Juan Manuel. (2008) Evaluar para conocer, examinar para
excluir. Capítulos 1 y 2. Morata, Madrid.

Barberá, E. (2006). Aportaciones de la tecnología a la e-Evaluación. RED.
Revista de Educación a Distancia. Consultado (29/08/2018), en: http://www.um.es/ead/red/M6

domingo, 26 de agosto de 2018

¿Por qué este blog?

En el Seminario "Evaluación de los Aprendizajes y de la Enseñanza", de la Especialización en Entornos Virtuales del Aprendizaje, de la Universidad de Quilmes, nos solicitan un Portafolios de aprendizaje, entendido éste como un portafolios de evidencias de aprendizaje, puesto que debemos compartir nuestras reflexiones, lecturas y hasta preguntas que nos surjan tras bucear en los materiales propuestos y al recuperar las participaciones de los compañeros en los Foros de intercambio. 



Y en esta entrada ya podemos adentrarnos al tema evaluación y al uso de un instrumento en particular, puesto que el Portafolio es en sí mismo un instrumento de evaluación centrado en el estudiante que apela a su propia metacognición.



Comparto esta presentación de Cacheiro de la UNED que lo describe y muestra su aplicación en contexto:





Pero es justo mencionar que el Portfolio también es una técnica en tanto para su puesta en marcha se da cuenta de los fundamentos teóricos y pedagógicos fundantes y la aplicación de saberes disciplinares y didácticos. Como veremos en otra entrada, esta técnica es propia de la evaluación formativa y resulta de suma utilidad en las instancias de evaluación y acreditación de los aprendizajes.
Este instrumento aplicado como una técnica otorga al estudiante un rol más activo y pretende de él un proceso dinámico de relevamiento, ordenamiento y aplicación de la información. 

BIBLIOGRAFÍA:


Barberá, E.; Bautista, G; Espasa, A.; Guasch, T. (2006). "Portofolio electrónico: desarrollo de competencias profesionales en la Red". En Antoni Badia (Coord). Esneñanza y aprendizaje con TIC en educación superior (monográfico en línea). Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento (RUSC). Vol. 3, n| 2. UOC (Fecha de consulta 07/09/2018). https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2126331.pdf